miércoles, 17 de febrero de 2010
Hoy ha comparecido en el Congreso de los Diputados el Presidente del Gobierno. En tono dialogante, con serenidad, rigor, humildad y seriedad fue desgranando cual era la situación real de la economía española a día de hoy. Reconoció que afrontamos una grave crisis económica pero volvió a pedir rigor en los análisis al recordar, una vez más, que España es un país con grandes fortalezas.
Tenemos una grave crisis pero el PIB de España es casi un 13% superior que en el año 2003, la economía española no ha perdido competitividad, la deuda pública de España está 20 puntos por debajo de la media Europea, tenemos por primera vez la máxima calificación de solvencia de deuda de nuestro país, la renta per cápita se ha incrementado un 23%, la dotación de capital público por habitantes supone ya el 93% de la media europea cuando estaba en el 89% en 2003, somos el segundo país de la UE-15 que más ha aumentado su inversión en I+D+i, el ahorro de los hogares es el doble del que había en 2003, nuestro sistema financiero es solvente, la bolsa ha subido un 10% en 2009.
Todos estos datos se pueden contrastar. Por lo tanto, la situación es compleja pero España es un país serio, fiable y con un alto grado de solvencia. Decir lo contrario es mentir y hace daño a España.
El principal problema al que nos enfrentamos es la alta cifra de paro. Esa es la gran preocupación pero, también, tenemos la más alta protección por desempleo de la historia: un 80% reciben algún tipo de prestación o subsidio de desempleo.
Es en la creación de riqueza y empleo donde debemos centrar nuestros esfuerzos. Ha de ser un esfuerzo colectivo. Esto es lo que hoy ha planteado José Luis Rodríguez Zapatero en su comparecencia.
Comparecencia en la que ha ido desgranando los ejes de actuación para lograrlo.
Pero hizo algo más, algo que demuestra su altitud de miras y su categoría de hombre de Estado: propuso un gran pacto a todos los grupos políticos. No fue una propuesta vacía o una simple intención. Fue una propuesta concreta y limitada en el tiempo. Explico que ha nombrado a una comisión formada por la Vicepresidenta Económica, el Ministro de Fomento y el Ministro de Industria que tiene como objetivo buscar el máximo consenso sobre las medidas y reformas a llevar a cabo.
Propuso que los puntos de acuerdo a elaborar debían centrarse en 4 temas:
.Medidas para favorecer la competitividad, la creación de riqueza y empleo
.Política Industrial
.Consolidación fiscal
. Sistema financiero, estabilidad, acceso al crédito y actuaciones frente a la morosidad.
Asumió que la responsabilidad de dar soluciones era del Gobierno y que las asumía él personalmente pero que era necesario apelar al esfuerzo colectivo, al acuerdo de todos para generar confianza.
Pidió que se defendiera a España, que se le hicieran a él todas las críticas que se considera oportunas, por más duras que fueran pero que no se atacará a España. Pidió responsabilidad.
El jefe de la oposición, el Sr. Rajoy, volvió a usar la descalificación, el alarmismo, el ataque a la debilidad de España y NO PLANTEÓ NI UNA SOLA PROPUESTA. Bueno, no es del todo cierto: le propuso al Grupo Socialista que le retirasen el apoyo al Presidente y se lo dieran a él. Propuso que se bajasen los impuestos y se redujeran 5000 millones los gastos corrientes del estado.
Triste planteamiento. Los socialistas estamos muy orgullosos de José Luis Rodríguez Zapatero, un líder con convicciones, ideas, valores y principios, que cuenta con el apoyo unánime de todo el PSOE. Bajar impuestos es lo único que no se le ha ocurrido a ningún dirigente político de la UE, la mayoría de derechas. Reducir el gasto corriente en 5000 millones roza el ridículo ya que el gasto actual es de 3.500 millones.
Por lo demás, nada nuevo bajo el sol: Rajoy repitió como si de un corta y pega se tratará sus discursos desde el inicio de la crisis.
No hubo un cara a cara. Hubo un cara o cruz. La cara la representó el Presidente del Gobierno con propuestas, ideas y con un firme compromiso con lograr un gran pacto. La cruz, Mariano Rajoy, que no aportó nada. Esa es la cruz que tenemos que soportar los españoles: la de tener una derecha que, además, de ser la más conservadora de Europa no tiene ni una sola idea, ni alternativa.
