jueves, 4 de diciembre de 2008
ETA ha vuelto a darnos un duro golpe a todos los demócratas. El asesinato del empresario vasco Ignacio Uria Mendizabal nos provoca un profundo dolor. El dolor de una muerte que no se tenía que haber producido y el espanto ante la irracionalidad de aquellos que asesinan en nombre de no se sabe qué.
Cada muerte de esta despiadada banda es un golpe a los valores democráticos que nos dimos los españoles hace 30 años. Es un duro golpe a los derechos que consolida nuestra Carta Magna. Es un duro golpe, pero no van a lograr que nos rindamos una aplastante mayoría de ciudadanos que creemos en el Estado de Derecho y aborrecemos de la violencia, la crueldad y el fanatismo.
ETA ha destrozado, de nuevo, a una familia, a la familia de Ignacio Uria, y junto a ellos a todos nosotros. Hoy, estamos todos de luto y, al mismo tiempo, más unidos que nunca frente a la barbarie y la sinrazón.
Una vez más es la hora de mantenernos unidos y de hacer saber a los asesinos que su final será la cárcel y el desprecio colectivo ante sus asesinatos.
Ignacio Uria era un industrial de familia nacionalista, simpatizante del PNV y fundador de la constructora Altuna y Uria, una de las empresas adjudicatarias de las obras del Tren de Alta Velocidad vasco.
ETA le ha asesinado para intentar paralizar el desarrollo de este proyecto, un proyecto que será un instrumento valioso para la generación de riqueza, empleo y comunicación en el País Vasco. Le ha asesinado para intentar seguir manteniendo a esa comunidad bajo el yugo de los que quieren imponer su particular modo de entender a un país.
Pero no lo conseguirán. Ignacio Uria vivirá para siempre en nuestro recuerdo. No vamos a olvidar este sangriento acto de violencia. Se lo debemos a él y a todas las demás víctimas de ETA. Se lo debemos a los valores y principios que nos unen, que nos hacen fuertes, que son los cimientos de la convivencia. Se lo debemos a la democracia.
Por eso tenemos la obligación moral de levantar nuestra voz y decirle a ETA: Venceremos nosotros, los demócratas.