UN CONEJO COJO EN LA CHISTERA

jueves, 27 de enero de 2011

Este fin de semana los socialistas celebramos en Zaragoza nuestra Convención Autonómica. La nuestra, a diferencia de la que realizó el Partido Popular, no será para aplaudirnos a nosotros mismos. Todo lo contrario. Nuestra pretensión es reflexionar sobre los retos del futuro y el papel que deben jugar las Comunidades Autónomas.

Los socialistas creemos firmemente en el Estado de las Autonomías. Todo el esfuerzo descentralizador que ha realizado nuestro país desde la aprobación de la Constitución Española de 1978 ha permitido avances sociales y económicos difícilmente imaginables cuando iniciamos la andadura democrática.

Que lo que planteo es una realidad incuestionable lo avalan los datos y la realidad pero, además, a poco que cualquier ciudadano o ciudadana reflexionen lo avalan nuestras propias vidas. Cualquier murciano, extremeño, gallego, andaluz…ha podido vivir en su propia persona y en su propio territorio avances que hace sólo treinta dos años parecían de ciencia ficción.

Yo soy gallega. Trasladarse de Galicia a Madrid era una odisea en el espacio y en el tiempo. El acceso a la Universidad estaba restringido a unos pocos porque había pocas universidades y el coste de trasladarse a donde estaban situadas no era apto para todos los bolsillos. Los servicios médicos eran escasos y si padecías una enfermedad complicada no tenías hospitales cercanos que pudieran atenderte. Las infraestructuras internas de comunicación eran muy deficientes. Recuerdo que de Vigo a Fonsagrada tardábamos seis horas cuando la distancia era de 250 Km. En las zonas del interior el aislamiento y el abandono eran un hándicap para la igualdad de oportunidades. Nuestras empresas tenían serias dificultades para competir pues no contaban con los medios que lo potenciaran: malas infraestructuras terrestres, portuarias y aéreas, ausencia de centros logísticos y de transportes, deficiencias en la formación y capacitación para hacer frente a los nuevos retos y oportunidades de mercado…El saneamiento en las ciudades era muy deficiente pero en las zonas rurales era una quimera. Los servicios, donde existían, eran escasos y deficitarios… Y así, un largo y largo etcétera.

La apuesta por la descentralización política permitió una cohesión social y territorial sobresaliente.

Hoy, el PP ha planteado en boca del Sr. Aznar que el Estado de las Autonomías es inviable, aunque es cierto que Rajoy tuvo que poner pie en tierra y matizar las declaraciones del que fue Presidente del Gobierno de España de 1996 al 2004. Los suyos le hicieron dar marcha atrás.

Pero lo cierto es que al PP nunca le gustó el Estado de las Autonomías. Ellos nunca han sido conscientes de que España es plural. De que nuestro país es diverso: diversidad de culturas, de lenguas, de hábitos, de gastronomías, de paisajes, de orografía, de sentimientos, de economías… Muchos de ellos siguen creyendo en una España única que nunca ha existido. Ven la diversidad como conflicto y no como potencialidad, no como riqueza.

España es como es y la opción constitucional de reconocerlo ha permitido el mayor avance que ha tenido nuestro país en toda su historia.

¿Podemos mejorar el funcionamiento de nuestro Estado? ¿De las Comunidades Autónomas? ¿De las diputaciones provinciales? ¿De los ayuntamientos? La respuesta es una obviedad: Sí, claro. ¿Es este un buen momento para hacerlo? Probablemente, el mejor.

Hemos vivido una crisis muy profunda que nos obliga a replantearnos muchas cosas: nuestro mercado laboral, el sistema financiero español, las medidas para asegurar el Estado de Bienestar en el futuro, nuestro modelo económico y, por supuesto, las mejoras necesarias en el funcionamiento de todas y cada una de las administraciones.

Esto es lo que vamos a hacer nosotros en nuestra Convención Autonómica. Sé conocerán nuestras reflexiones y propuestas. Serán muchas, serias y rigurosas.

De las del Partido Popular sólo conocemos que piden que se revise el Reglamento de las Pensiones Parlamentarias. Pensiones que estaban pensadas para hacer frente a situaciones extraordinarias. Tan extraordinarias como que de los más de 3000 senadores y diputados que ha habido en torno a ochenta han percibido un complemento a sus pensiones cumpliendo todos los requisitos del conjunto de pensionistas de nuestro país.

Lo cierto es que como no tienen ni una sola idea para generar riqueza y empleo han tenido que sacarse un conejo de la chistera. Eso sí, un conejo cojo.

Un conejo cojo porque ese debate demagógico que han planteado y que los socialistas estamos dispuestos a abordar tiene una incidencia cero en la vida de los ciudadanos. Para esos ciudadanos a los que representamos lo que de verdad importa es que pongamos en marcha medidas, planes, proyectos e iniciativas que aseguren el futuro. De eso es de lo que tenemos que hablar los políticos.

A lo mejor el conejo cojo que se han quitado de la chistera esconde algo más serio: desprestigiar a la política. Los de derechas siempre han sabido que ellos pueden ostentar el poder sin democracia, sin que los ciudadanos participen en la elección de los que han de tomar las decisiones. A lo mejor creen que definir a los políticos como privilegiados permite que los que sí lo son tengan en sus manos la vida de todos. No lo van a conseguir. Se olvidan de que las españolas y españoles hace tiempo que no comulgamos con sus ruedas de molino.

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