lunes, 20 de julio de 2009
El PP dice ser víctima de un plan para destruirle. Afirman, y lo hacen sin ruborizarse, que son objeto de una conspiración que tiene como finalidad acabar con los conservadores. No se inmutan cuando señalan que se están utilizando métodos propios de un Estado policial. Consideran que en el caso Gúrtel están siendo objeto de de una campaña programada y ejecutada para desprestigiar a sus cargos públicos y al propio partido.
Arremeten contra el Gobierno, contra los medios de comunicación, contra la policía, contra los jueces y los fiscales.
No tienen empacho alguno en intentar desacreditar a todas las instituciones del Estado si ello les permite, en un vano intento, lavar la cara. No temen cuestionar la libertad de expresión de los medios de comunicación si creen que con esta estrategia pueden debilitar la información que sobre la trama corrupta que les afecta se publica en nuestro país.
Resulta estremecedor observar como el mayor partido de la oposición es capaz de cuestionarlo todo cuando se ven acosados, no por la información, sino por los hechos que afectan a muchos de sus cargos públicos. Algunos, hay que recordarlo, están en la cárcel y otros hay serios indicios de que cometieron acciones ilícitas.
El Partido Popular usa una doble vara de medir, o triple, o cuádruple. Todo depende de quien esté implicado en actuaciones condenables desde cualquier punto de vista.
Si las actuaciones las realiza algún político de otro partido entonces piden investigaciones, dimisiones, transparencia, apelan a la libertad de expresión y se olvidan de la presunción de inocencia.
Si las actuaciones las realiza algún cargo de su partido poco relevante para sus intereses lo expulsan.
Si las actuaciones las realizan cargos relevantes, con mucho poder e información, entonces no dudan en acusar a diestro y siniestro de sus males.
No, señores y señoras del PP, ese comportamiento no sirve, no es ético, no responde a los valores que un demócrata debe defender. Ustedes tienen un serio problema con muchos de sus cargos públicos. Su obligación es investigar que ha ocurrido, depurar responsabilidades y colaborar con la justicia.
Lo que no deben hacer es intentar desacreditar a la policía y a la justicia, que lo único que están haciendo es cumplir con las funciones que le otorga nuestro sistema constitucional y las leyes, que lo único que están haciendo es investigar un clamoroso caso de corrupción.
Lo que no deben hacer es arrojar basura sobre los medios de comunicación que informan sobre la trama de corrupción que se ha ido tejiendo dentro del PP.
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